Cinco «intervenciones humanitarias» de EEUU que terminaron en desgracia

Cinco «intervenciones humanitarias» de EEUU que terminaron en desgracia

Misión Verdad, 24 de abril de 2018.

El siglo XXI fue inaugurado por un nuevo mecanismo de intervención y guerra contra naciones soberanas promovido por el alto mando oficial del Pentágono y sus «socios» europeos de la OTAN. Se trata de la «intervención humanitaria», una herramienta geopolítica usada en algunas regiones del mundo en el marco de la estrategia conceptualizada por asesores militares de inteligencia como Thomas Barnett y apoyado en la burocracia estadounidense de la mano del almirante retirado Arthur K. Cebrowski.

El mencionado plan del Pentágono para el planeta se basa en la división binaria entre Norte («the Functioning Core») y Sur («Non-Integrating Gap»). En el mapa a continuación, extraído de una presentación que hiciera Barnett en 2003, podemos ver que en la parte superior se encuentran los países del llamado «Primer Mundo», donde se concentran los grandes capitales privados y negocios y la estabilidad política pretende ser reservada; en la parte inferior, en rojo, se dibuja el «Tercer Mundo», región toda que estaría destinada, según los militares estadounidenses, a «balcanizarse», es decir, a ser territorios desmembrados, absorbidos en el caos, de donde captan riqueza esos grandes capitales centrales del Norte para su propia opulencia.

World Press Photo: ¿premiar la violencia fascista?

World Press Photo: ¿premiar la violencia fascista?

Cubainformación, 25 de abril de 2018.

La foto ganadora del concurso World Press Photo 2018 retrata a un joven venezolano de ultraderecha envuelto en llamas. ¡Qué casualidad que, de 73.000 fotos enviadas por 4.500 profesionales de 125 países, la ganadora sea una llamada “Crisis en Venezuela”!

 

Un nuevo libro documenta el papel del imperialismo francés en el genocidio de Ruanda

Un nuevo libro documenta el papel del imperialismo francés en el genocidio de Ruanda

Movimiento Político de Resistencia, 25 de abril de 2018.

Guillaume Ancel era capitán del ejército francés cuando intervino en Ruanda en junio de 1994, al final del genocidio tutsi (Operación Turquesa). En marzo publicó un libro que precisa todos los testimonios al respecto, completados por su experiencia personal. Muy fáctico, relata lo que él mismo observó o aprendió en su momento; luego, en retrospectiva, lo compara con lo que escuchó de los dirigentes políticos y militares franceses.

El libro está causando mucho ruido en Francia. El punto más destacado es el aspecto agresivo de la Operación Turquesa. Los soldados franceses que en 1994 partieron hacia Ruanda recibieron una orden escrita de reconquistar la capital ruandesa, Kigali, aunque a su llegada al lugar un oficial les quitó el papel, con precauciones inusuales para que no quedara ningún rastro documental.

A Ancel le enviaron a Ruanda para guiar a los cazas y, a diferencia de sus misiones anteriores, nunca recibió una explicación clara y precisa del contexto político y los objetivos de la operación. A finales de junio, no tenía ningún indicio de que su misión fuera humanitaria o de otro tipo. Descubrieron a los fugados tutsis que eran el blanco de la masacre en Bisesero. Sin embargo, la unidad a la que pertenece Ancel, estacionada a pocos kilómetros de distancia, no recibió la orden de intervenir, aunque la unidad era numerosa, estaba bien equipada, desocupada y preparada para la acción.

La guerra-mundo y el sistema productor de esclavos

La guerra-mundo y el sistema productor de esclavos

Frente Antiimperialista Internacionalista, 24 de abril de 2018.

Para completar el trabajo que el FAI viene realizado sobre la esclavitud y el imperialismo leer ; “El oficio más antiguo del mundo no es la prostitución, es el de mirar para otro lado”.

Se suele decir que, en el mundo en el que vivimos, todos somos de algún modo esclavos. Esclavos del consumo, esclavos del trabajo asalariado, esclavos del banco con el que contratamos la hipoteca o al que le

debemos un préstamo, etc. Al afirmar esto se hace un uso retórico y algo exagerado del término “esclavo”. Sin embargo es posible ver en esa exageración cierta verdad:

Esclavo es aquel que, ante la amenaza inminente de la muerte, acepta “libremente” someter su voluntad a la de quien puede arrebatarle la vida. Se convierte entonces en propiedad de su amo y se pliega a sus deseos. En el capitalismo, orden económico basado en la producción de mercancías, la situación tiene una forma distinta, pero el mismo fondo: quienes no disponen de los medios para asegurarse de forma autónoma su propia subsistencia dependen del mercado para acceder a lo que necesitan, y por tanto aceptan “libremente” someter su voluntad a la de otro durante una parte del día, a cambio de un salario. La ficción jurídica de la “libre” renuncia a la propia libertad, es eso, una ficción, una argucia ideológica que oculta la existencia, de hecho, de una situación de vida o muerte. Que libra al poderoso de cualquier posible cargo de conciencia. Que conduce a que el débil se considere a sí mismo como el único responsable de su propia situación.