Resolución Mesa sobre la OTAN

Tribunal Permanente de los Pueblos Contra la Guerra Imperialista y la OTAN

Resolución Específica de la Mesa de la OTAN

La Mesa de la OTAN analizó las propuestas recibidas y trató de sistematizar los argumentos contenidos en ellas, elaborando en primer lugar una caracterización de la OTAN, una descripción de los modos en que la OTAN opera y terminando con una serie de denuncias concretas para su incorporación a la Resolución General y, en su caso, para ser estudiadas con más detenimiento en ulteriores trabajos del Tribunal.

Caracterización de la OTAN:

Se trata de una alianza militar que constituye el elemento esencial de la estructura bélica del imperio occidental en donde se encuadran los países más desarrollados y ricos del planeta. Constituye un elemento más de toda una estructura de dominación de clase de alcance planetario, construida para garantizar la hegemonía de los EEUU tras su victoria en la Segunda Guerra Mundial y concurrente con la creación del estado colonial de Israel como su bastión para el control geoestratégico de la región de Oriente Próximo.

Se proclama una organización defensiva, cuando su actividad ha sido esencialmente ofensiva durante los últimos 25 años. Debe señalarse que la única justificación a una guerra está en la propia legítima defensa frente a agresiones, cosa que no se ha producido en ningún caso de la historia de la OTAN.

Se vincula estrechamente con el ejército norteamericano como el principal brazo armado de las estructuras de dominación de las élites de sus socios, en las que tienen un papel protagonista las grandes corporaciones y el poder financiero del eje anglosajón.

En los últimos años ha iniciado un proceso de expansión planetaria en paralelo con otras iniciativas de dominación de carácter económico y comercial (en particular, los tratados transnacionales de libre comercio) que persiguen extender el paradigma neoliberal, liquidando los derechos y las condiciones de vida de los más desfavorecidos.

Esta expansión sigue el patrón imperialista del ejército de los EEEE, que ha instalado más de 700 bases militares en los cinco continentes para el control del planeta completo. Su carácter hegemónico en esta organización se pone de manifiesto en que su mando militar es norteamericano, según el propio Tratado del Atlántico Norte.

Los modos en que actúa la OTAN:

Ejerciendo sistemáticamente el control y la manipulación de la información, tanto en los medios de comunicación como en la industria cultural. Los alimenta con contenidos dirigidos para promocionar una cultura de guerra que admite su existencia como algo inevitable y aceptable el recurso a la violencia, ocultando sus aspectos rechazables. Todo ello favorece la impunidad de quienes ejercen la violencia contra los pueblos.

Emprendiendo guerras de dominación y saqueo que adoptan formas diferentes en función de cada caso pero que siguen siempre una secuencia de criminalización, aislamiento y agresión para eliminar la resistencia, recurriendo en último extremo al desmembramiento del estado o a la destrucción de sus estructuras. Ello permite el desarrollo de los negocios de las grandes corporaciones, protegidos por enjambres de mercenarios y contratistas de seguridad, en un proceso de recolonización que es la seña de identidad del actual imperialismo.

Generando una continua demanda de inversiones en armamento para alimentar la poderosa industria militar de las principales economías occidentales y que juega un papel esencial en el sostenimiento de la de los EEUU.

Llevando a cabo todo tipo de actividades criminales como secuestros, torturas o ejecuciones extrajudiciales, en una absoluta arbitrariedad, sustentados en una supuesta “excepcionalidad” que lo justificaría y blindando a sus autores materiales con garantías de impunidad. Esta excepcionalidad deviene práctica sistemática y constituye una forma dictatorial de ejercer el poder, laminando el estado de derecho.

Recurriendo cada vez más a la utilización de los servicios secretos, las unidades de operaciones especiales, mercenarios, contratistas de seguridad, milicias afines y ejércitos interpuestos en una “guerra no convencional”, como forma de eludir el control democrático sobre sus actividades criminales.

En consecuencia, esta Mesa denuncia:

La reiterada y fraudulenta invocación a que la OTAN proporciona seguridad a occidente, cuando es evidente que su actividad solo ha generado desestabilización, caos e inseguridad, con un saldo de millones de víctimas.

La absoluta traición a la soberanía de los pueblos en la entrega incondicional de sus gobiernos a la OTAN y su sometimiento a los dictados de los EEUU.

El disciplinamiento y el control de la disidencia interna como recurso fundamental para el sistema de dominación capitalista a través de la militarización de la sociedad y de la generalización del miedo a difusos enemigos inexistentes o creados deliberadamente por su propia actividad.

El continuo abuso de su situación de dominio en las organizaciones internacionales para su propio provecho, conduciendo a un progresivo descrédito de los únicos instrumentos de control de los que la humanidad ha sido capaz de dotarse y blindando la impunidad de los perpetradores de sus crímenes de guerra.

La vulneración expresa de los compromisos asumidos por sus propios estados ante las organizaciones internacionales, como la ONU o los Convenios de Ginebra.

La asimilación de un discurso fascista, con elementos novedosos: se utilizan y manipulan conceptos como democracia, derechos humanos, libertad, etc, para sostener la retórica neoliberal, que niega el estado (ajeno) como impedimento al desarrollo de los negocios (y por tanto, es un objetivo a desarmar o destruir), mientras que sostiene el derecho del propio estado a imponerse a otros.

La imposición de un proyecto civilizatorio considerado como el único posible, basado en la teleología del «destino manifiesto” de los EEUU y que desprecia las auténticas necesidades y anhelos de los pueblos de la periferia.

El efecto de arrastre sobre potencias regionales y emergentes en la carrera de armamentos, que eleva el riesgo de devastación a límites insospechados, al tiempo que detrae ingentes recursos de las necesidades sociales.

La utilización, de forma totalmente opaca, de todo tipo de desarrollos tecnológicos como elementos de control y dominación, incluyendo la manipulación del clima, las armas robóticas e inteligentes y la vigilancia masiva de las comunicaciones.

La imposición a nivel planetario de la lógica militar, a la que se subordina la lógica de las necesidades humanas.

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