EL DERECHO A EXISTIR

EL DERECHO A EXISTIR

El presente artículo es el segundo de una serie de textos realizados por el grupo de trabajo de Corea del Norte del FAI (GT-Corea). Si te interesa seguir todas las actualizaciones sobre Corea te recomendamos registrarte AQUÍ para recibir un email con los nuevos artículos. También puedes acceder al historial de publicaciones sobre Corea AQUÍ

Por Mario Medranda, Comisario Nacional de la Asociación de Amistad con Corea (KFA), y miembro del Grupo de Trabajo de Corea del Frente Antiimperialista Internacionalista. 30 de abril de 2018.

En los últimos meses ha habido una gran cantidad de información difundida por los medios de comunicación internacionales sobre los diferentes ensayos balísticos y nucleares de la República Popular Democrática de Corea. En la mayoría de estos medios, la RPDC se presenta como un Estado belicista, y su programa nuclear como una amenaza para la paz mundial, y organizaciones internacionales como el Consejo de Seguridad de la ONU aprueban un paquete de sanciones para intentar asfixiar a este pequeño país bajo el pretexto de que supone una amenaza.

Por supuesto la realidad es muy diferente, y la historia es mucho más complicada, y es necesario conocerla para entender el contexto actual en la Península Coreana. La RPDC ha estado en permanente conflicto con Estados Unidos desde el estallido de la Guerra de Corea en junio de 1950. Hubo una tregua en el conflicto con la firma del Acuerdo de Armisticio del 27 de julio de 1953, y desde entonces la RPDC ha intentado repetidamente reemplazar este armisticio por un tratado de paz permanente, pero no ha tenido éxito en todos los casos debido a la actitud negativa de Estados Unidos, que se debe principalmente a la necesidad de Estados Unidos de defender sus intereses económicos en Corea, así como sus intereses geopolíticos en la región de Asia y el Pacífico.

Francia tiene una gran responsabilidad en la no-descolonización del Sáhara Occidental Carta abierta a Emmanuel Macron

Francia tiene una gran responsabilidad en la no-descolonización del Sáhara Occidental

Carta abierta a Emmanuel Macron

Tlaxcala, 21 de abril de 2018.

Carta   abierta   de   académicos   e   investigadores   internacionales   a   Emmanuel   Macron, Presidente de la República Francesa

Señor Presidente de la República,

El 27 de febrero de 2018, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en su sentencia sobre los acuerdos de pesca entre la UE y Marruecos, recordó muy claramente que el Estado marroquí carece de soberanía sobre el territorio del Sáhara Occidental y sus aguas adyacentes, invitando implícitamente a respetar la soberanía permanente del pueblo saharaui, representado por el Frente Polisario, sobre sus recursos naturales. Esta decisión, que impedirá en lo sucesivo que los Estados miembros de la UE importen productos (agrícolas, pesqueros, mineros, etcétera) de este territorio no autónomo reconocido por Naciones Unidas, no hace sino subrayar la urgencia de una descolonización pacífica de ese territorio, conforme a la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General de la ONU, y esperada desde la salida de España en febrero de 1976.

Sin embargo, en este proceso, Francia apoya cada año, en el mes de abril, en el Consejo de Seguridad, la posición marroquí de negarse a ampliar el mandato de la misión de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas (MINURSO) a la supervisión de los derechos humanos, y también a la realización de un referéndum de autodeterminación, primer objetivo del alto el fuego de 1991 y, no lo olvidemos, exigencia de Naciones Unidas desde 1966. Esta posición francesa permite al Estado marroquí -al que la ONU, la OUA-UA y la UE siguen considerando ocupante de este territorio- continuar su política de colonización, principalmente promoviendo el desplazamiento de población desde Marruecos, encarcelando y ‘juzgando’ a presos políticos saharauis en suelo marroquí, dos casos flagrantes (entre otros) de violación del derecho internacional y el derecho humanitario internacional.

Cuba, Trump y el diálogo coreano

Cuba, Trump y el diálogo coreano

Atilio Boron, 29 de abril de 2018.

De regreso de un viaje a Cuba quisiéramos compartir unas pocas reflexiones sobre el momento actual de la isla. El endurecimiento del bloqueo ordenado por Donald Trump complica la situación económica de la isla rebelde. Pone piedras en el camino de la actualización del modelo económico pero no hace mella en la moral de los cubanos que a lo largo de casi sesenta años aprendieron a convivir con tanta malevolencia que, como el mal tiempo, viene del Norte. Con Trump ya son doce los inquilinos de la Casa Blanca que quisieron derribar a la Revolución Cubana, o producir el tan ansiado “cambio de régimen”. Los once anteriores mordieron el polvo de la derrota, y al magnate neoyorquino le espera más de lo mismo. Ordenó el retiro de numerosos diplomáticos de la reabierta embajada de EEUU en La Habana (la mayoría de los cuales eran agentes de inteligencia o personal adiestrado para “reanimar” con diversos subsidios y programas a la “sociedad civil” cubana) e impuso renovados obstáculos al comercio exterior de la isla, a las inversiones norteamericanas y también al turismo de ese origen que se dirige a Cuba, exhortando al ciudadano a “reconsiderar su decisión de viajar” a la isla.