Hoy día, una de las simplificaciones más generalizadas es aquella que sitúa el saqueo como único objetivo del imperialismo, y más concretamente el saqueo de las fuentes de energía. Sin duda, este es un objetivo esencial, pero comparte mesa con otros de otra naturaleza.
Los ejemplos de Cuba y Vietnam pusieron y ponen en evidencia que la existencia de un modelo de organización económica, política y social alternativo al capitalismo, es un riesgo inasumible y por tanto, fueron considerados objetivos a destruir por las fuerzas imperiales.
Actualmente subsisten intentos de formas de relaciones humanas que reclaman el fin del sometimiento, y el hecho de avanzar en ese camino las convierte en enemigos del Imperio, a los que hay que someter o abatir.
La perpetuación del sistema y de las formas de relaciones que establece, es también un objetivo esencial para el que no se escatima el uso de la fuerza.
La implantación de un Sistema Mundo requiere su dominio y su control, no sólo de las materias primas y de los aparatos productivos; son también objetivos imperialistas las rutas y medios de transporte, el control geoestratégico, los medios de comunicación y el sistema financiero y monetario, y todo ello a escala planetaria.
Jueves 28 de abril de 2016, a las 19 horas, en el Centro Sociocultural “Lavapiés” de Madrid, c/ Olivar nº 46 (<M> Lavapiés)
Participan:
- Sara Rosenberg
- Miguel León
- Celia Téllez
Modera: Eduardo Hernández
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