La obra negativa del colonialismo francés en Mayotte: un islote de pobreza en un océano de miseria
Saïd Bouamama. Rebelión, 5 de abril de 2018.
La idea de que el colonialismo es algo que pertenece al pasado es frecuente en el debate mediático y político. Pueden surgir polémicas sobre “la obra positiva” o, por el contrario, sobre el carácter de “crimen contra la humanidad” de este colonialismo, pero conciernen a secuencias históricas del pasado. El movimiento social que sacude Mayotte desde hace más de cuatro semanas recuerda que el colonialismo francés sigue siendo una realidad contemporánea.Recordemos que de los 17 “territorios no autónomos”, es decir, aquellos que la ONU considera que deben ser descolonizados, dos (Kanaky y Polinesia) están ocupados por Francia. La isla de Mayotte, por su parte, es considerada parte integrante de las [islas] Comoras por la resolución 3385 del 12 de noviembre de 1975 de la Asamblea General de la ONU que afirma “la necesidad de respetar la unidad e integridad territorial del archipiélago de las Comoras, compuesto por las islas Anjouan, Gran Comora, Mayotte y Moheli” (1).
El contexto histórico: una isla comorense
Inmovilizado por una operación quirúrgica, a lo largo de las últimas semanas he podido seguir al detalle la cobertura mediática de la “crisis de Mayotte” por parte de los grandes medios de comunicación. Lo mínimo que se puede decir es que nuestros periodistas, “especialista” y cronistas diversos no conocen la primera norma de cualquier análisis objetivo: la contextualización histórica, económica y geoestratégica.
De manera general el problema de Mayotte se reduce a la cuestión de la “inmigración clandestina” y de la inseguridad que esta suscita. Esta construcción política y mediática del problema pide, lógicamente, una solución única: reforzar el control de las fronteras y expulsar a los sin papeles. Además, esta construcción tiene el efecto de legitimar las políticas represivas contra los sin papeles y los refugiados en el Hexágono*.
En efecto, la asociación entre inmigración e inseguridad es uno de los ejes del discurso del ministro del Interior. La situación en Mayotte se escenifica como una advertencia que alerta sobre los peligros que amenazarían al Hexágono si la “firmeza” contra “la inmigración clandestina” deja de ser el eje por el que se dirige la política migratoria francesa. Recordemos algunos elementos de los contextos sin los que resulta imposible entender la situación.