El territorio del lince, 1 de diciembre de 2017.
Que China no quiere el colapso total de Corea del Norte es más que evidente. Que China ha sido quien no ha querido una repetición de lo ocurrido con Irak, cuando se impusieron unas draconianas sanciones que causaron la muerte de un millón de niños de menos de cinco años -es decir, toda una generación- y, también hay que decirlo, sanciones que contaron con el apoyo de China y de Rusia, también es cierto. Por eso yo digo que se ha dejado a Corea del Norte a dos dedos de la muerte, pero no se la ha matado. Pero que China está imponiendo sus propias sanciones unilaterales, al margen de las del CSONU -que son las únicas obligatorias de seguir según el derecho internacional- también es cierto.
Por ejemplo, Corea del Norte ha denunciado públicamente que China ha dejado de suministrar gasolina y diésel desde el mes de octubre. Esta es una petición histórica de EEUU, que ha vuelto a solicitar ahora tras el lanzamiento del nuevo misil.