Pablo Sapag. El mundo financiero, 10 de septiembre de 2017.
Victoria, determinación y paciencia. Son las tres palabras más pronunciadas en Siria las últimas semanas. Un periodo en el que el Ejército regular ha logrado victorias como la de la montaña de Qalamún, en la frontera con Líbano y desde la que los grupos apoyados por potencias occidentales y del Golfo Pérsico internaban armas y yihadistas al tiempo que alteraban la seguridad del propio Líbano. Eso se acabó. También el sitio al que durante casi cuatro años el autodenominado Estado Islámico sometió a los habitantes de la ciudad de Deir Ezzor, la más importante del este de Siria y fronteriza con Iraq. Eso también se ha terminado. Como la infiltración desde Jordania a un sur de Siria también recuperado casi por completo por ese Estado miembro de la ONU que es la República Árabe Siria. El propio enviado del organismo para el país árabe Stefan De Mistura ha dicho que los grupos sublevados contra el Estado ya han perdido la guerra.