Venezuela y Cuba en todos los Frentes

Antonio Maira *

20 de julio de 2018.

La situación económica

De acuerdo con datos contrastados publicados por Agora Financial desde los Estados Unidos y reproducida en otros medios digitales, gran prensa, y medios televisivos, los bonos especulativos emitidos por la banca privada (no existe una Banca Central, los bonos del Tesoro son respaldados por un grupo de grandes bancos privados), llamados “bonos basura”, crecieron en un 58%. Esto estuvo provocado porque, desde la crisis financiera de 2008 se mantuvieron las tasas de interés a mínimos históricos.

El alto crecimiento de los bonos especulativos ha provocado que muchos negocios se “apalancaran” fuertemente. “En estos momentos existen aproximadamente más de 7 billones de dólares sin pagar. Lo que transcribo a continuación es un extracto de un reportaje escrito por un alto funcionario de crédito de la calificadora de riesgo Moody’s:

“Este largo período de condiciones benignas ha ayudado a muchas compañías frágiles y altamente apalancadas a evitar un default… Ahora estamos frente a emisores sumamente débiles que sólo están aplazando lo inevitable. Por tanto, estas condiciones positivas se mantienen… Estas compañías están posicionadas para caer en default una vez que las condiciones de crédito eventualmente se hagan más y más difíciles… una cantidad récord de firmas altamente apalancadas ha dado las condiciones para una ola particularmente colosal de defaults una vez que el próximo lapso de dificultad económica arribe a nuestra economía.”

La tasa de interés está subiendo impulsada por la FED de manera que cada vez resulta más caro endeudarse. En EEUU, por el momento, parecen no ser capaces de asumir las consecuencias de todo esto. “Los EEUU son los últimos en enterarse” de la entrada en una nueva fase de la crisis pero sí han aparecido las consecuencias en los países emergentes, bien visibles, especialmente en aquellos que tenían problemas previos como Argentina, empeñada hasta el límite de la quiebra con el Fondo Monetario Internacional

Así pues, todo está claro pero parcialmente oculto, por el momento.

Estamos en la segunda o tercera etapa de la crisis, según sea la situación que observemos: guerra comercial, guerra de divisas, crisis del comercio internacional, crisis catastrófica. Solo falta o estamos en el principio de la guerra global contra todos los pobres del planeta. Es decir, el estallido de la guerra de clases.

 Venezuela: la guerra ya ha empezado en todos los frentes.

La guerra económica es la primera de ellas. En realidad, tal guerra genocida lleva ya años destruyendo, sistemáticamente, las bases de la resistencia popular, de su apoyo a la revolución de Chávez y –fundamentalmente-, de Maduro.

Los Estados Unidos han introducido a Venezuela, como antes a Cuba, a Irak, Corea, Ucrania, SiriaAfganistán, Irán, China, Rusia, etc. en un circuito infernal que comienza con la guerra económica. El hambre masiva,  genocida por tanto, la miseria y la escasez de los productos básicos para la vida, son sus instrumentos esenciales.

La guerra económica, principalmente el acaparamiento de alimentos, fármacos y productos de primera necesidad, incluida la tecnología, la producción industrial, transporte público, piezas de recambio, maquinaria agrícola, posibilidad de acceso al crédito internacional en todas las instituciones tales como el FMI.

La guerra económica ha tenido como recurso fundamental el dollar today, es decir el tipo de cambio manipulado que genera artificialmente una enorme inflación.

El Gobierno de Maduro ha respondido con el lanzamiento de su propio bitcoin, una moneda símbolo, virtual (como el propio dólar) vinculado esta vez a una cesta de productos de enorme valor: barriles de petróleo, oro, diamantes, aluminio, hierro, y otros metales raros como el coltan que alimentan las empresas de telecomunicaciones. El bitcoin tiene la característica esencial de que utiliza una compleja cadena de bloques para realizar intercambios de bienes. Sin duda sustituirá al dólar y, fundamentalmente, al dólar por otra moneda respaldada por productos de valor real muy escasos en la naturaleza. El bitcoin que, en otras emisiones puede convertirse en sendas burbujas financieras que terminarán desplomándose, está garantizado en el caso venezolano.

En Venezuela como antes en Irán, Yugoslavia, Irak, Afganistán, y después en Libia, Siria, Paraguay, Honduras, Argentina, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y los países vinculados a su revolución continental bolivariana, han sufrido como primera medida disuasoria y preventiva la guerra económica y los primeros anuncios de guerra psicológica vinculada a ella. También, una vez producido el ablandamiento que supone la guerra económica, los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, han comenzado con la guerra mediática y con las primeras acciones de guerra militar con uso de mercenarios, pequeñas unidades militares desertadas de su obligación de defender al pueblo para la destrucción de infraestructuras básicas.

En la propia Venezuela es imprescindible la nacionalización del sistema bancario y crediticio, así como los seguros, fondos hipotecarios etc.

El gobierno tiene la necesidad imperiosa de nacionalizar las industrias más importantes así como los grandes centros de distribución de alimentos, ropas, comunicaciones, grandes supermercados, franquicias.

Es fundamental la construcción de viviendas públicas y la incautación de las viviendas de los contrarrevolucionarios.

Es totalmente imprescindible asegurar al pueblo contra los ataques contrarrevolucionarios, que han “marcado” los objetivos a destruir  o privatizar para desmontar los enormes logros sociales en los servicios de salud, educación: bombardeos mercenarios de escuelas, guarderías, centros de salud.

Las guarimbas han marcado también los objetivos mercenarios en ataques armados que han acompañado a los cierres patronales. Venezuela ha mitigado el contrabando desde las Guayanas de productos básicos y de lujo que ha alimentado de productos de todo tipo a la alta burguesía, y ha permitido la alineación de esta con la gran oligarquía. Los acaparadores tienen que ser encarcelados y sus viviendas de lujo ser entregadas al pueblo.

Los tenedores de dólares deben pagar por su delito de hambrear a los trabajadores y las clases populares. Los que se han enriquecido con los dólares entregados por el estado para la importación de productos básicos como alimentos, inputs industriales, maquinaria agraria e industrial, vehículos de transporte de mercancías o pasajeros: camiones, neumáticos, autobuses, trenes, aviones; o mercancías para mantener sus recambios deben ser encarcelados.

Debe asegurarse la seguridad, dotación de créditos de las comunidades y comunas agrarias. El pueblo bolivariano debe ser armado y dotado de instrumentos eficaces de autoprotección con pequeñas unidades de combate.

Los grandes medios de comunicación privados –prensa, radio y TV (Falsimedia)-, deben ser nacionalizados o entregados a las comunidades y las organizaciones barriales populares, o a las cadenas internacionales con licencias (como RT en español), deben potenciarse los medios en la red como Tele Sur y otros que orienten la cultura y la información hacia la construcción del socialismo.


* Antonio Maira es miembro del Foro Contra la Guerra Imperialista y la OTAN. Publica asiduamente en Rebelión