Slavyangrad, 10 de julio de 2017.
Tras la cumbre del G-20, Rex Tillerson ha llegado a Kiev con el objetivo de apaciguar a sus títeres ucranianos, entre los que había cundido el pánico por la posibilidad de que se pudiera aprobar o cambiar algo [sin su participación] a puerta cerrada. Ha sido necesaria esta acción, incluso en el contexto de los intentos de la Casa Blanca de convencer a sus oponentes de que “Trump no es un agente del Kremlin” con chistes como que “Trump preguntó a Putin: ¿me ayudaste tú a ganar las elecciones?”. Tras su llegada, Tillerson habló de las negociaciones y afirmó que no van a abandonar a Ucrania -al menos por ahora-, lo que provocó la inmensa alegría de la prensa ucraniana, que ve su mayor satisfacción en los cariñosos ojos de sus dueños.