Marco Teruggi. La tabla, 27 de julio de 2017.
Caracas iba a amanecer como ciudad sublevada. Eso se podía imaginar al leer las declaraciones de los dirigentes de la derecha. Era el día uno del paro de 48 horas, una medida destinada a escalar la presión de calle para impedir las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente del próximo domingo 30 de julio. La realidad fue otra: Caracas se pareció a un día feriado en algunas zonas.