Carlo Frabetti. La Haine, 30 de marzo de 2017.
En la medida en que Fidel es único, no es necesario. En la medida en que es necesario (en la medida en que son necesarios muchos y muchas como él), es sustituible, ya ha sido sustituido por todo un pueblo. Ante el nuevo imperio que intenta someter a la nueva Numancia y cifra sus esperanzas en la desaparición física del comandante, miles, millones de cubanos y cubanas proclaman con su heroísmo cotidiano: “Yo soy Fidel”.