La maquinaria de propaganda puesta en marcha por los gobiernos de la OTAN y el poder económico occidental contra el legítimo gobierno y el pueblo de Siria, es tan gigantesca y permanente que resulta imposible seguir toda su actividad y sus acciones diariamente. Necesitaríamos las 24 horas del día para investigarlos y denunciarlos. Sin embargo sí podemos identificar un mismo patrón que coincide en todos y cada uno de los casos analizados y de los intervinientes en esta campaña integral de propaganda mediática, política o incluso cultural. Todos estos agentes de facto de propaganda de guerra contra Siria, ya se definan éstos como periodistas o como «activistas por los Derechos Humanos» o cualquier otra causa, se parapetan detrás de centenares de «organizaciones no gubernamentales» (ONG) o «sin ánimo de lucro» que, lejos de ser «independientes» e «imparciales», reciben la financiación y el apoyo de los gobiernos occidentales y las grandes corporaciones a través de sus múltiples fundaciones, agencias y organismos de todo tipo, tanto públicos como privados.
EL Mirador Global
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12/10/2016