Moscú, una muralla frente a los yihadistas
Thierry Meyssan. Red Voltaire, 29 de febrero de 2016.
Desde 2012, Moscú viene tratando de atraer a los occidentales hacia su proyecto: la defensa de la civilización frente al yihadismo, algo similar a lo que ya sucedió en el pasado cuando el mundo se unió contra el nazismo. Para lograrlo, comenzó por disociar a la Casa Blanca de las organizaciones armadas que Rusia considera como «yihadistas» y que Estados Unidos designa como «rebeldes», y ahora se esfuerza por aislar a Turquía. Lejos de ser un epifenómeno diplomático, el cese de hostilidades en Siria constituye un cambio radical en la situación. Washington acaba de reconocer que en Siria ya no hay–o que ya no existen– grupos armados «moderados».