Julián Cortés. Investig’Action, 25 de agosto de 2016.
Con esta frase que representa un grito esperanzador para el inicio de una era de paz en Colombia, terminó su intervención el comandante insurgente Iván Márquez en la ciudad de la Habana, Cuba donde las delegaciones oficiales del gobierno colombiano y la guerrilla más antigua del continente americano firmaban un acuerdo definitivo de paz.